Delfines en cautividad en el estreno de Avatar 2: El sentido del agua
Cuando pienso en James Cameron me vienen a la mente mil fotogramas que nos han hecho soñar y nos han trasladado a realidades paralelas. Muchas de ellas directamente relacionadas o inspiradas con el fondo del océano y las criaturas que lo habitan.
No es un secreto que para el director de películas como Titanic, The Abbys, Alien o Avatar entre otras… el mar y las profundidades le obsesionan y le sirven como fuente de inspiración.
Un hecho irónico y contradictorio al mensaje que lanza con Avatar: El Sentido del agua y que me ha dejado en shock tras el visionado ver la presentación a los medios de comunicación en Japón de la película en la que han tenido la desagradable y desafortunada idea de usar delfines como parte del show, acto que ha causado un gran revuelo mediático.
Ellos, los mismos que nos han hecho soñar a tantos buceadores con sus películas, se sumaron ayer a la pesadilla que viven los delfines.
Estos animales ven mermada su libertad, reprimiendo todos sus instintos naturales y son obligados a vivir en condiciones de depresión y estrés causados por el cautiverio al que el ser humano los tiene sometidos en lugares como el Maxel Aqua Park en Japón, donde hace unos días se reunieron cientos de personas para asistir a la premiere de Avatar 2.
Al ver aplaudir el show a tantos referentes del mundo del cine como James Cameron, Sigourney Weaver, Kate Winsler, Sam Worthington, Zoe Saldaña… pienso en los valores y principios que están transmitiendo al gran público al que alcanzan.
Sé, que quizás precisamente yo no tenga una visión del todo objetiva, ya que me considero una privilegiada que comparte muchas horas a lo largo del año en compañía de delfines en libertad en el Mar Rojo. Pero gracias a esos momentos que puedo compartir con todos nuestros amigos y clientes somos capaces de transmitir unos valores de respeto y amor por esos animales y por el mar en el que habitan.
Demos más visibilidad a campañas como la de nuestra amiga Olivia Mandle una joven cuya actitud y determinación ha llevado a su campaña No es país para delfines a acabar con algunas de las cárceles para delfines más importantes de España.
O a Ric O’Barry que con su trabajo a través de Dolphin Project lleva años trabajando para poner fin a la industria multimillonaria industria del cautiverio de delfines.

